Cientos de estudios en el campo de la investigación genética han demostrado que todas las células vivas (sanas) se comunican constantemente con sus células vecinas. Sus medios de comunicación son similares a las transmisiones por satélite, excepto que las células utilizan la energía en forma de luz. La luz puede almacenar y transmitir información.
Esta red de comunicación es muy rápida y  funciona por separado de todas las redes existentes bioquímicas o físicas que incluyan el sistema circulatorio, sistema endocrino, sistema nervioso y el sistema inmunológico.

Esto hace que todo el cuerpo, literalmente, sea un cuerpo de luz, un concepto que hasta el momento sólo existe en las escrituras esotéricas, que describen el cuerpo como un ser hecho de luz que irradia luz al medio ambiente. La idea de que los seres humanos, los animales y las plantas tienen un brillo o campo de energía alrededor de ellos ha sido documentado por pinturas religiosas y escrituras durante cientos de años y ha sido descripto como el "aura" por numerosos místicos del pasado.